La crisis de talento en la automoción es una realidad más que tangible. La demanda de técnicos de automoción de distintas ramas es alta y, sin embargo, el número de profesionales, por el contrario, reducido. En este sentido, los institutos como el IES Humanejos de Parla (Comunidad de Madrid), son una cantera que forma a los profesionales del futuro, a aquellos que contribuirán a que nuestra sociedad siga funcionando tal y como hoy lo hace. Porque sin profesionales del taller los vehículos no se reparan, y, sin vehículos, no hay movilidad.
Y el Humanejos, en concreto, es un muy buen ejemplo de instituto cantera. Lo es porque en este centro se imparten distintos ciclos formativos de la rama de Automoción. En concreto, las titulaciones de Formación Profesional Básica de Mantenimiento de Vehículos; los Ciclos de Grado Medio de Técnico en Carrocería, Técnico en Electromecánica de Vehículos Automóviles y Técnico en Electromecánica de Maquinaria; el Ciclo de Grado Superior en Automoción; y, por último, el Curso de Especialización de Mantenimiento y Seguridad en sistemas de Vehículos Híbridos y Eléctricos.
Lo anterior lo sabemos de buena tinta. Porque Posventa de Automoción ha compartido toda una mañana con estudiantes, quienes nos han explicado, con sus propias palabras, cómo es la formación en la familia de Automoción y cuáles son sus carencias y sus fortalezas. Como adelanto, una pista: mucha ilusión por parte de los alumnos, un profesorado excelente y pocos medios.
Los primeros alumnos que la periodista conoció son los del Ciclo de Grado Medio de Técnico en Electromecánica de Maquinaria. Entre ellos a Marian y a dos tocayos llamados Marco.
Marian es la única chica de la clase y estudia esta formación, orientada fundamentalmente al VI, convencida. Y, además, por muchas razones: "Me he decidido a estudiar este módulo porque es interesante, me gusta la mecánica, tiene salida y se paga mejor que otros tipos de mecánica. Aquí trabajamos con mecánica, electricidad... Trabajamos con todo. La única diferencia con los coches es que estos vehículos son más grandes y tienen hidráulica. Si sabes de maquinaria, sabes de todo".
En cuanto a la experiencia en el instituto, está siendo buena, aunque no fácil: "Estos estudios son un poco difíciles, sobre todo la teoría al principio. Con la práctica aprendes mucho cuando sales al taller. En este sentido, hay que ser consciente de que es una profesión de mancharse las manos, pero a mí no me importa, al igual que tampoco me importa cargar peso, aunque para ser justos hay carreteras para eso, por lo que no sue suele cargar peso. En cuanto al instituto y los medios, el trabajo de los profesores es muy profesional, saben explicar muy bien. Los medios no están mal, tenemos motores y herramienta nueva", concluye.
El cuanto a los 'Marcos', el más joven tiene 18 años y también se inscribió en el módulo por pasión: "Siempre me ha gustado mucho la mecánica, desde pequeño. Y, además, siempre me han llamado más los autobuses y los camiones que los coches y las motos". Con respecto a la formación, el estudiante considera que el profesorado es bueno, pero faltan medios: "Los profesores saben mucho, pero a veces tenemos que hacer prácticas, por ejemplo, de sistema de frenos, y estamos unos doce o trece estudiantes mirando. Faltan medios, pero bueno, al final todos hacemos prácticas", apunta.
Con respecto a su tocayo, el otro Marcos, es mayor que él. Tiene 37 años y se inscribió en el grado por la salida profesional de este: "No solo tiene salidas en camiones y autobuses, también en agrícola y obras públicas. Este módulo está muy bien. Yo empecé a estudiarlo hace tres años, y entonces no lo pude terminar por incompatibilidad de horarios con mi trabajo. Ahora he vuelto y las cosas han cambiado mucho. La nave en la que ahora estudiamos ni siquiera existía. Ahora tocamos tractores, autobuses... Se nota mucho la diferencia, las cosas han cambiado. Hasta tenemos camiones para soldar", indica.
No obstante, y aunque el estudiante se decidió a estudiar esta rama por su potencialidad en cuanto a salidas laborales, no es en absoluto nuevo en esto de la mecánica y es profundamente vocacional: "Cuando vivía en Ecuador estudie una FP Básica de esto y, cuando llegué a España, trabajé como mecánico en el Ejército. Al marcharme del Ejército decidí dedicarme a la mecánica. No pudo ser por cosas del destino, pero finalmente aquí estoy, esta es la vencida".
Si bien cada vez es más frecuente encontrarse con chicas en los estudios de FP de Automoción, sigue sin ser habitual. Por eso sorprende que Paula, Andrea y Ainara estudien el Ciclo de Grado Medio de Técnico en Carrocería. Tres chicas que son conscientes de que probablemente son esa excepción que confirma la regla en su clase: "Es raro ver a chicas en el sector de los automóviles. Yo creo que tienen miedo de ser juzgadas, de que las critiquen a que les digan cualquier tontería por hacer bien las cosas", explica Andrea, quien, por cierto, llegó al Humanejos gracias a la pasión que procesa al mundo del automóvil.
Fue el padre de Andrea quien le contagió esa pasión: "Yo decidí estudiar automoción porque a mi padre le encantan los coches y me ha 'pegado' ese gusto. Estamos todo el día hablando de coches, vamos a quedadas de coches, y también al Jarama. Y acerté, porque estudiar el módulo me gusta mucho y los profesores y los compañeros son muy buenos con nosotras. Son respetuosos. Aunque los compañeros, eso sí, a veces son un poco cansinos". Finalmente, y en relación a la formación, Andrea considera que es buena, pero que "los vehículos podrían ser mejores", porque, según cuenta, están en mal estado o, directamente, no hay.
Ainara, también llegó por vocación: "Yo empecé en esto porque mi padre en casa siempre nos ha metido en el tema de los coches. Mi hermano y mi primo son iguales, a ellos también les apasionan. Lo mismo sucede con mi novio. Él tiene un coche tuneado y siempre vamos a quedadas de coches juntos. El motor me gusta mucho". Y los inicios no fueron fáciles: "Lo primero que escuché cuando me metí aquí fue que no me veían apretando un tornillo. Y yo seguí, y aquí sigo, y eso pese a que no tengo mucha fuerza y tengo una enfermedad que me debilita en este aspecto, fibromialgia". Esto implica, entre otras cosas, según ella misma relata, que le cuesta más coger cosas y moverse que a sus compañeros.
Finalmente, Paula asegura que llegó de "rebote" y que todavía está dubitativa en cuanto a su futuro. Si bien, a su juicio, la formación es interesante: "Es interesante, pero se me hace un poco complicado porque no entiendo muchas cosas. Pero bueno, poco a poco voy interiorizando los conocimientos. El profesorado y los medios los considero buenos", concluye.
Durante nuestra visita al Humanejos finalmente visitamos a los alumnos del Curso de Especialización de Mantenimiento y Seguridad en sistemas de Vehículos Híbridos y Eléctricos, que se imparte por segundo año en el año académico correspondiente al 2024-2025. Este curso, como su propio nombre indica, es una especialización, por lo que estudiarlo es dar un paso más allá de los grados superiores.
El Humanejos es, además, el único instituto de la Comunidad de Madrid que lo imparte. Es por lo anterior que cursan esta especialización alumnos que ni siquiera viven en la Comunidad de Madrid, como José, un estudiante de 22 años: "No tengo carnet, por lo que vengo en transporte público. Tardo dos horas y media en venir y otras dos horas y media en volver, eso si todo va bien. Cuando vi el curso me apunté de una, porque en aquel momento tenía dos opciones: trabajar o seguir estudiando, y yo quería especializarme en esto, porque los eléctricos y los híbridos están en auge. Vivo muy lejos, sí, pero el esfuerzo merece la pena por los compañeros y porque se aprende mucho. Estoy muy feliz aquí. En cuanto a los medios del recinto, creo que siendo el único centro de la CAM donde se imparte este módulo considero que es algo escaso la ayuda por parte de la administración".
Óscar, sin embargo, llegó al módulo por recomendación de un profesor y también está muy contento: "Tenemos profesores muy bien formados y nos enseñan con interés, explicándonos las cosas lo mejor posible. El material, pues es el que hay, se intenta conseguir cada día un poco más. Ojalá la Comunidad de Madrid, los talleres y las empresas puedan hacer más donaciones", apunta.
Y luego está su compañero Iván, que es padre de dos niños, estudió automoción hace siete años y ahora compatibiliza estos estudios con su trabajo. Es autónomo: "Monté un negocio hace siete años, por las ansias del dinero y la hostelería era lo más rápido, porque no tenía fondos para montar un taller. La hostelería es más fácil de emprender y se gana dinero si le echas horas. Sin embargo, al crear una familia me di cuenta de que el dinero no lo es todo, porque el dinero quita tiempo". Es por eso que se decidió a volver a formarse.
Como se observa, esta titulación reúne a estudiantes con circunstancias de lo más diversas, pero con un denominador común: todos ellos están dispuestos a formarse y esforzarse todo lo que haga falta con el fin de estar preparados para lo que venga y aportar valor al mercado. Durante nuestra visita al centro les acompañaba Javier Ruiz, un docente que lleva 24 años en la formación y le tiene un cariño especial al centro: "Llegué aquí en el 93, como un alumno más. Actualmente soy el jefe de departamento de la familia de Transporte y Mantenimiento de Vehículos".
En este sentido, se muestra más que satisfecho con sus alumnos: "Todos vienen de grado superior y hacen un esfuerzo importante para estar aquí. Quieren seguir formándose y la prueba es que a algunos les cuesta media jornada laboral o más en poder venir aquí. No tenemos problemas de disciplina, porque de verdad quieren estar aquí. Y lo que se encuentran es un centro con mucha ilusión, pero sin los mejores medios". Y al hilo de esto, recalca que su opinión pasa porque sería necesario contar con más medios: "Es verdad, tenemos falta de medios, y eso pese a que hay empresas que nos han ayudado mucho, como Renault Stellantis, Kia o Jaguar Land Rover, todas ellas nos están aportando material. La Administración también nos ha apoyado mucho, porque nos concedió el impartir este ciclo e instalaciones nuevas. Personalmente creo que la mejora pasa por una colaboración de la Administración con la empresa privada para que esta nos ayude, porque, como decía, los medios muchas veces no llegan, porque el material con el que trabajamos es muy caro. Un compresor de aire acondicionado puede costar 800 euros, y conseguir un coche eléctrico por menos de 8.000 euros no es viable. Creo que aquí la empresa privada juega un papel fundamental, porque además va a ser la principal beneficiaria, y considero que el Gobierno Central también tiene su responsabilidad.
Tras las puertas del instituto parleño se forman muchos alumnos que orientan su futuro hacia la automoción, y también otros que, aunque estudian automoción, están dubitativos. Y, para eso es, en buena parte, la rama de Formación Profesional Básica en Mantenimiento de Vehículos. Se trata de un ciclo formativo para estudiantes que no disponen de la Enseñanza Secundaria Obligatoria. Esta FP dura dos años, durante los cuales se estudian conocimientos relativos a electromecánica (en el primer año), y también a carrocería (en el segundo año).
Como adelantábamos, a muchos estudiantes, como a Asier, esta titulación les sirve como trampolín a otras titulaciones de mayor rango: "Yo me quedé en tercero de la ESO y me metí aquí porque me gustan los coches y la automoción. Prefiero el año pasado, porque estudiamos electromecánica, pero la carrocería tampoco está mal. Si es verdad que es mucho trabajo a mano, y por eso cansa más. Lo que sí tengo claro es que mi futuro apunta a la automoción. Estoy pensando en hacer un Grado Medio de Maquinaria. No sé si lo haré en este instituto o en otro, pero lo que sí puedo decir es que la experiencia está siendo muy buena. Con los profes bien, no tengo ninguna queja, y con los compañeros tampoco, nos lo pasamos muy bien. En cuanto al instituto, creo que los medios que tenemos no están mal".
Adrián y Zacaría, sin embargo, no se plantean continuar. Así nos lo cuenta Adrián: "Yo me planteo el futuro diferente, pienso en formar parte del Ejército y seguir estudiando allí porque sé que se imparten formaciones profesionales, pero nada relacionado con la automoción. Yo estuve en las ACE (Aulas de Compensación Educativa) y aquello me dio un acceso a la FP básica, lo que fue muy positivo. Porque, al principio, cuando la gente no tenía mucho conocimiento yo sí lo tenía, tenía una base y se me hizo más fácil. Y, aunque me quiera ir, puedo decir que la experiencia está siendo muy buena. Los profesores me parecen geniales, nada que ver con la ESO. Allí yo no tuve el apoyo de los profesores, y aquí todo lo contrario. Tengo su apoyo y todo lo que pido. La relación con los compañeros también es muy buena, nos llevamos todos muy bien y somos un grupo bastante sociable. Algún pequeño encontronazo ha habido, no te voy a mentir, pero lo normal en cualquier grupo. Los medios considero que no son los más exclusivos, pero tampoco nos quedamos cortos".
En cuanto a Zacarías, cursó hasta tercero de la ESO y ciertas circunstancias y problemáticas le llevaron al Humanejos. Y aunque quiere seguir estudiando, después de haberse aproximado lo bastante a la materia, ha decidido que no quiere continuar en la rama de Automoción: "En Básica hacemos un mes de prácticas cada año y el trabajo de mecánico no me ha convencido. Estudiarlo es divertido, pero trabajarlo es otra cosa... He trabajado un mes y ya he sentido que no es lo mío". No obstante, se siente agradecido: "He aprendido y lo he sentido más como un ocio que como un aprendizaje. Me llevo cosas muy buenas de aquí, como los compañeros y los profes, que son empáticos y entienden que nuestra situación no es la misma que la de alumnos que cursan Bachillerato o grados superiores. Nos intentan ayudar en todo, no tengo queja, y tampoco de los medios. El año pasado no teníamos ni la mitad de lo que tenemos aquí".
Para terminar, la periodista ha hablado con Jesús Manuel Rodríguez, uno de los profesores de esta rama que acompaña a Asier, Adrián, Zacarías y el resto de sus compañeros, desde el primer año de formación: "Llevo tres años en Parla y este es mi segundo año con ellos, por lo que ya les conozco bastante bien. Y, al final, lo más importante, tal y como ellos te han explicado, es echarles una mano, no solo enseñarles la materia. Se trata de ayudarles en lo personal y que, de paso, aprendan lo máximo posible. Personalmente, me gusta enfocar las prácticas de forma atractiva, para que se diviertan un poco. Y, al final, es muy gratificante, porque veo cómo van creciendo según va avanzando el curso. Ellos vienen con una idea preconcebida, para bien o para mal, pero poco a poco se van motivando, se van enganchando y acaban remando en la misma dirección", detalla. Finalmente, y en cuanto a los medios, este docente difiere de sus alumnos: "En cuanto a los medios vamos mejorando, pero de forma muy pausada. Cada año nos permiten comprar máquinas nuevas, pero muy poco a poco. Siempre tenemos que pelearlo".
Nuestra redactora jefe, Irene Díaz, recoge en esta columna de opinión, la historia de Ainara, estudiante de Chapa y Pintura del IES Humanejos de Parla.
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