Ana Ávila fichó por Asetra y Conepa en septiembre de 2023. Se incorporó entonces en calidad de directora corporativa con el fin de asumir las funciones de Nuria Álvarez, responsable de Comunicación y Relaciones Institucionales de las patronales, quien cesaría por jubilación tan solo un par de meses después.
Hoy, casi siete meses después de su llegada a las patronales, hablamos con ella sobre cómo ha sido aterrizar en su nueva casa (hasta entonces era secretaria general de CETRAA), y sobre cómo afronta el 2024, entre otras muchas cuestiones; como sus planes relativos a la defensa del taller, y particularmente de sus asociados, para el año en curso.
Ávila, en esta entrevista, se muestra feliz por el paso profesional dado y, por supuesto, decidida a cumplir los objetivos que ha marcado para ambas patronales, empezando por el que considera el más importante: dignificar la imagen del taller.
¿Cómo fue llegar a Asetra y Conepa?
Ana Ávila: Ilusionante, estoy feliz. Lo tengo puesto incluso en el estado de WhatsApp. Todo el mundo lo sabe, y no lo vamos a negar, que venía de unos meses complicados, bastante difíciles. Pero entré aquí con mucha ilusión y me gusta el sector… Y cuánto más tiempo pasa, más me gusta, porque me involucro. Por otro lado, el equipo me ha acogido fenomenal y tengo que darle las gracias. Empezando por la Junta Directiva de Asetra, que fue quién confió en mí y me dio esta oportunidad. Por ello, doy las gracias a su secretario general, Víctor Rivera, y a su presidente, Ramón Marcos. Gracias también a todas las Asociaciones de CONEPA por la estupenda acogida. Y, por supuesto, no me quiero olvidar de Nuria Álvarez, porque Nuria compartió conmigo dos meses hasta que se jubiló y me ayudó mucho en mi llegada.
La propuesta vino de boca de Víctor Rivera, según tengo entendido.
Ana Ávila: Sí. Victor habló conmigo, aunque por supuesto contaba con el beneplácito de la Junta y el presidente. Él me trasladó la propuesta y lo pensé mucho. Yo tenía un trabajo desde hace nueve años y cuando la situación es esa hay que valorar mucho los pros y los contras. Incluso lo consulté en casa, porque para mí mi familia es muy importante. Finalmente acepté, porque me apetecía, sobre todo, estar más cerca de los talleres. Porque con mi trabajo en Asetra estoy mucho más cerca de la problemática diaria del taller que antes, ya que antes desarrollaba mi actividad profesional a nivel nacional.
“Llegar a Asetra fue ilusionante, estoy feliz. Lo tengo puesto incluso en el estado de WhatsApp.”
Me comentabas que estuviste trabajando mano a mano con Nuria Álvarez durante dos meses. ¿Cómo fue trabajar con ella?
Ana Ávila: Los que estáis en el sector la conocéis, Nuria es una excelente persona y una excelente profesional. Y si tengo que definirla, la palabra es generosa. Porque intentó trasladarme, en el menor tiempo posible, lo que era Asetra, lo que era Conepa y cómo se trabajaba aquí. Durante dos meses fuimos siamesas. Nos sentábamos una junto a la otra y me explicaba todo con mucha paciencia. Los dos meses se me pasaron volando y confieso que el día que se jubiló tuve un poquito de vértigo. “Se me va”, pensé.
Y eso pese a conocer el sector a fondo y haber trabajado en él durante nueve años.
Ana Ávila: Sí, porque, evidentemente, el sector lo conozco. Pero, como te decía antes, yo venía de trabajar a nivel nacional y con este cambio me enfrentaba no solo a la parte nacional, sino también a la regional. Muchas cosas cambian y te centras más en los problemas diarios. Pero claro, juego con la ventaja de que conozco el sector y eso no se puede negar. Siempre viene bien tener experiencia pero también es maravilloso aprender nuevas formas de trabajo. Y a mí, particularmente me gusta mucho aprender, siempre he sido una niña empollona que sacaba buenas notas.
¿Qué es lo más complicado de ese trabajo a nivel regional?
Ana Ávila: No diría complicado, tal vez diría importante. Quizá la resolución rápida e, incluso, inmediata. Y eso es posible gracias al equipo, que ante un problema de envergadura, como aquellos relacionados con las aseguradoras o las inspecciones, deja todo lo demás para ayudar a solucionar las urgencias. Es maravilloso.
Llegaste, de alguna manera, sustituyendo a Nuria Álvarez. Ella era responsable de Comunicación y Relaciones Institucionales de Asetra y Conepa y, sin embargo, tu cargo corresponde al de directora corporativa. ¿Por qué el cambio?
Ana Ávila: Hay varias razones. Nuria Álvarez era periodista y lo seguirá siendo durante toda su vida. Yo, sin embargo, soy ingeniera. Es por eso que no llevo toda la comunicación de Asetra y Conepa. Llevo la comunicación interna, pero no la externa, porque nunca haría lo que no se hacer bien. Del mismo modo, yo también hago trabajos que Nuria no hacía, como asistir a determinadas reuniones y otra serie de proyectos. También llevo la parte relativa a la gestión del personal. Por todo eso finalmente decidimos utilizar el término directora corporativa, que al final es un cajón de sastre, en el que entra todo. Y yo encantada, porque yo me arremango y hago lo que me digan, siempre que sea un trabajo beneficioso para el taller y las asociaciones.
"Siempre viene bien tener experiencia pero también es maravilloso aprender nuevas formas de trabajo. Y a mí, particularmente me gusta mucho aprender, siempre he sido una niña empollona que sacaba buenas notas.”
Todo lo relativo a tu llegada suena fantástico. Pero no puedo dejar de preguntarte por tu salida de CETRAA. ¿Cómo fue?
Ana Ávila: Confieso que la salida de CETRAA, a nivel personal, no fue muy agradable. Lo pasé mal después de nueve años. Yo creo que me he dejado la vida trabajando por CETRAA, y eso nadie me lo puede negar. Pero bueno, esto es un mercado libre. Yo valoré una propuesta de trabajo, tal y como la pueden valorar miles de personas cuando se la ofrecen. Y decidí cambiar de trabajo, tomando una decisión como la mujer madura y profesional que soy. Pero pese a que esto es algo muy normal, lo pasé mal, sobre todo por ver mi nombre pululando por ahí. A mí no me gusta ser protagonista de nada, y menos de cosas feas. Por eso yo me aparté y no hice ninguna declaración. Ni siquiera cogía el teléfono. Si me mandaban un WhatsApp de ánimo respondía con un agradecimiento, pero me mantenía al margen.
Si la propuesta hubiera tenido que ver, en vez de con la defensa del taller, con otro colectivo, en el ámbito asociativo o incluso con la distribución, ¿te hubieras planteado el cambio?
Ana Ávila: Pues depende de la oferta. Porque tengo una edad, pero creo que todavía estoy en un momento de mi vida en el que puedo decidir. Nunca se sabe. Tener ofertas de trabajo y poder valorarlas es sensacional. Lo malo es no tener trabajo. Y cuando te las hacen porque reconocen tu trayectoria hay que sentirse orgullosa. Así que así me siento, súper orgullosa.
¿Sospechabas que podría ser Luis Ursua quién tomase tu testigo, al menos provisionalmente?
Ana Ávila: Ellos tenían que tomar una decisión y Luis Ursua ya fue secretario, tiene experiencia. Encaja en el perfil, porque es un buen profesional, ya conocía el puesto y es vicepresidente de CETRAA. Es sin duda un activo para la asociación.
Llegados a este punto de la conversación toca dejar a un lado el pasado y centrarse en el futuro. Hoja de ruta para Asetra y Conepa en 2024.
Ana Ávila: Tengo un objetivo muy claro para 2024 y ojalá lo pueda cumplir: dignificar al taller. El taller, por una cosa o por otra, está mal visto, y eso es injusto. Es necesario conseguir cambiar esa imagen que no se corresponde con la realidad. Porque los mecánicos son grandes profesionales y como tal deben ser reconocidos. Y ojo, que esto ha pasado en muchas otras ocasiones con otros oficios. Y eso es lo que yo quiero, cambiar esa percepción con ayuda de la Administración. Pidiéndoles que nos tengan más en cuenta. Porque no es lógico, por ejemplo, que el taller no pueda asistir a reuniones relacionadas con la movilidad. Es absurdo porque, si el coche se estropea, a donde va es al taller. Y si no va allí, no se mueve.
Los talleres distan mucho de ser establecimientos sucios y desordenados con manchas de aceite en el suelo. Son todo lo contrario: establecimientos limpios y ordenados en los que operan auténticos profesionales. ¿Por qué crees que se mantiene esa imagen tan denostada?
Ana Ávila: No lo sé, pero la verdad es que me recuerda mucho al sector de la salud dental. La gente siempre piensa que si va al dentista les sacarán dos muelas y les pondrán tres empastes teniendo la boca perfecta. Con el taller piensan lo mismo, que van a ir y les van a hacer aquello que no necesitan, y les van a cobrar más. Y los medios de comunicación generalistas en este aspecto normalmente no suelen ayudar.
Tengo la sensación de que esta imagen afecta especialmente al taller independiente.
Ana Ávila: Sí, es verdad. Es un estigma que tienen porque los usuarios que no conocen el sector piensan que los talleres de las marcas son más caros y eso influye en una percepción más positiva de estos talleres frente a los independientes. Es muy complicado cambiarlo. Y más teniendo en cuenta que también influyen otras cuestiones, como la economía. La situación económica no está siendo buena en estos años y la gente piensa que el taller es un gasto, que van a acudir y les van a quitar un montón de dinero, cuando en realidad están mirando por la seguridad vial, por el rendimiento óptimo del vehículo y el medio ambiente.
Hace poco pedisteis a la Dirección General de Tráfico que tuviera en cuenta a los talleres como prescriptores de seguridad vial. ¿Consideras que esta iniciativa puede ayudar a luchar contra este estigma?
Ana Ávila: Rotundamente sí. Si todas las administraciones proyectasen la imagen real del taller, la de un prescriptor de seguridad vial, al usuario le iría calando. En el caso de la DGT, que sabemos que realiza controles y campañas del estado de los vehículos, lo que le pedimos es que cuente con nosotros para fomentar el mantenimiento responsable y preventivo ya que es fundamental para la seguridad vial.
¿Y cómo vais a trabajar en esos objetivos?
Ana Ávila: Con las armas del mundo asociativo. Solicitando reuniones con las entidades pertinentes, con campañas de sensibilización si es posible… Todo lo que se nos ocurra y que sea llamativo y original. Por ejemplo, hemos firmado un convenio con FESVIAL y apostamos anualmente por la Carrera del Taller. Hay que hacer ver que la seguridad vial y el taller vamos de la mano. Y desde luego, el buen trabajo realizado por todas las asociaciones de CONEPA ayuda a poder alcanzar estos objetivos y llegar más a todos nuestros talleres en el ámbito nacional.
¿Qué pasa con el tema de los clandestinos? Últimamente no se hace mucho ruido al respecto.
Ana Ávila: Los clandestinos, por supuesto, siguen existiendo y siguen siendo un problema muy grave. Pero yo creo que en los medios de comunicación los temas también van un poco por modas. También creo que hemos sentido, en buena medida, que es imposible acabar con ellos, porque las administraciones no hacen nada para atajar este problema.
Recuerdo que hace unos años no se hablaba de otra cosa. De los ilegales y del acceso a la información técnica…
Ana Ávila: Sí, y la verdad es que estas problemáticas siguen estando ahí. Pero yo creo que, con el avance de las tecnologías, cada vez lo van a tener más difícil. Con el SERMI, por ejemplo, lo van a tener muy crudo. Pero claro, la tecnología evoluciona despacio y todavía existe una franja de trabajo a la que pueden acceder. Pero la solución, aunque nos duela, no está en nuestras manos. Y nos duele, porque a veces nos llaman talleres desesperados que incluso llegan a llorar… Contándonos que tienen un taller ilegal enfrente, montado en el garaje de un chalet. ¿Y qué le dices a esa persona que está pagando sus impuestos? Solo le puedes decir que vaya al Ayuntamiento o que llame al SEPRONA por vertido de aceites; pero como es una propiedad privada la Guardia Civil no puede entrar. Y luego están las campañas de inspección genérica, que van al taller legal a ver si les falta un papelito. Claro, los talleres se desesperan, pero lo único que podemos hacer es escucharles y buscar otras vías que les puedan ayudar.
¿Manejáis datos?
Ana Ávila: Sí, los ilegales rondan en torno al 15% de los talleres. Nuestra idea es contemplar posibles vías para colaborar con la administración. Para conseguir, como mínimo, que los talleres legalmente establecidos se sientan amparados, porque ahora se sienten desamparados.
“Los ilegales rondan en torno al 15% de los talleres. Nuestra idea es contemplar posibles vías para colaborar con la administración. Para conseguir, como mínimo, que se sientan amparados, porque ahora se sienten desamparados”.
Hablemos de otras de las iniciativas de Conepa. Vuestra adhesión a la hoja de ruta de cancerígenos.
Ana Ávila: En Conepa entendemos que los trabajadores no son robots, sino personas. Y lo fundamental es cuidarles. Estamos muy centrados en todo lo que tiene que ver con la salud de los reparadores, y de ahí nuestra adhesión a la hoja de ruta de cancerígenos. También estamos impartiendo cursos obligatorios de disocianatos, que antes no los hacía nadie.
Sé de buena tinta que también estáis volcados en el tema del acoso laboral.
Ana Ávila: Sí, este tema surgió porque una de las compañeras de la casa está muy informada y me lo planteó. Me dijo que era necesario que esto se hiciese llegar al taller. Y tenía toda la razón, porque en los talleres también hay que contemplar posibles situaciones de acoso. Es necesario focalizar la atención en esos temas y trasladarles que existe una normativa al respecto.
¿Y qué hay de la brecha de género en el taller? ¿Por qué la mujer sigue sin interesarse por este tipo de oficios?
Ana Ávila: Voy más allá, porque creo que hay un problema base. Los chicos y las chicas no están interesados en el taller. El colectivo joven, en general. Ni por el taller, ni por muchos otros oficios. Por ello estamos teniendo problemas para encontrar personal cualificado y también para captar el interés de los futuros profesionales. Y además, efectivamente, la mecánica se sigue viendo como un trabajo masculino. Por eso desde las asociaciones queremos trabajar en proyectar ante este colectivo la nueva imagen del taller, la real. Tenemos que conseguir dignificar al taller y que esa dignificación llegue a todos los estamentos de edad para solucionar el problema de la falta de profesionales. Y muchas veces lo cierto es que la culpa de que los jóvenes no se interesen por los oficios la tenemos los propios padres, que queremos que nuestros hijos estudien ADE o abogacía.
¿Consideras entonces que la dignificación del taller puede contribuir a paliar el problema de la falta de profesionales?
Ana Ávila: Yo creo que sí. Aunque hay que cambiar algunas cuestiones, como las condiciones laborales. Porque la gente joven valora mucho el horario, más allá del sueldo. La flexibilidad, la conciliación… Y, por supuesto, las administraciones deberían apoyar más a los jóvenes, ayudándoles a formarse y a integrarse en la empresa. También ofrecer una formación dual buena y que sea beneficiosa también para el taller. La administración tiene que entender que si el taller va a formar a un estudiante tiene que ayudar al establecimiento. Porque para formarlo los profesionales tienen que dejar de hacer su trabajo, que es lo que le da de comer, porque los chicos salen de la FP con conocimientos que no se corresponden con los que hacen falta en la actualidad.
Lo cierto es que la falta de profesionales es un tema recurrente en los medios de comunicación. También lo es todo lo relativo a la Data Act y la falta de una legislación específica para automoción. De hecho, desde Conepa ya la habéis solicitado en colaboración con otras asociaciones. ¿Por qué la Data Act no es suficiente y cómo podría afectar al taller no conseguir esta legislación?
Ana Ávila: Muchas veces no somos conscientes del valor que tienen los datos, y me refiero a valor monetario. Los datos hoy en día tienen un valor monetario importantísimo, y de grandes cifras. Y, claro, muchos de esos datos se quedan cautivos en las marcas y no llegan al taller. Lo que redunda en una falta de trabajo para el taller independiente que puede traducirse en su subsistencia en un futuro. Por eso es importante que al taller le lleguen estos datos. Porque tienen derecho a ello. Estamos insistiendo y yo soy optimista.
Hablando del flujo de información… ¿Consideráis competencia desleal que los talleres independientes no tengan la capacidad de reparar en los fallos endémicos sin coste para el usuario? Porque cuando un fabricante detecta un fallo endémico se lo comunica al usuario y este a donde va es al concesionario, porque el taller le cobraría.
Ana Ávila: Probablemente lo sea. Y si tengo que culpar a alguien, culpo a la marca. Desde Asetra y Conepa pedimos la igualdad y el acceso al dato para todos. Me apunto esta idea como sugerencia para tenerla en cuenta en nuestra hoja de ruta.
El SERMI llegará pronto a España. La fecha marcada en el calendario es el 1 de abril. ¿Cómo consideras que va a ser el proceso y la adaptación?
Ana Ávila: Nosotros, desde Asetra, asesoramos a nuestros asociados que quieren acreditarse porque tenemos contacto con las distintas entidades que se han acreditado en ENAC (Entidad Nacional de Acreditación, la encargada de acreditar a las empresas que gestionarán la obtención de esta aprobación y autorización). Entonces, podemos guiarlos en cuanto a documentación y procesos, explicarles cómo funciona. Les estamos asesorando, pero también tengo que decir que el taller no se está interesando mucho de momento. No sé si es que quieren esperar a última hora o porque realmente no tienen necesidad de acceso a la información técnica de nivel 2 (aquella relacionada con la seguridad de los sistemas antirrobo de los vehículos), pero no vemos un movimiento excesivo. Pero lo cierto es que la fecha se acerca, está a la vuelta de la esquina, y deben informarse. Porque el de acreditarse no es un proceso largo, pero sí requiere de la recopilación de cierta documentación, de su verificación, y de contactar con el Centro de Confianza de Europa para que lo verifique y conseguir el certificado… En definitiva, que lleva un proceso. Por eso, desde Asetra les instamos a que no lo dejen para el 1 de abril. Porque si quieren acceder a elementos de seguridad del vehículo no van a poder.
"Acreditarse en SERMI no es un proceso largo, pero requiere de la recopilación de cierta documentación, de su verificación, y de ir al Centro de Confianza de Europa para que lo verifique para conseguir el certificado. En definitiva, que lleva un proceso. Por eso, desde Asetra les instamos a que lo lo dejen para el 1 de abril. Porque si quieren acceder a elementos de seguridad del vehículo no van a poder.”
Dejemos a un lado uno de los grandes temas de la actualidad para centrarnos en otro. La electrificación, ¿está el taller preparado?
Ana Ávila: Hagamos otra pregunta… ¿Están las ciudades preparadas para soportar a miles de vehículos eléctricos? Yo creo que no. Porque el taller se prepara para todo lo que llega. Sí que es cierto que ahora mismo no se le puede pedir a un taller pequeño que delimite una zona para trabajar con vehículos eléctricos, porque no tiene hueco y, por tanto, no va a trabajar con vehículos eléctricos. Y es que, además, el parque de España es muy antiguo, tienen trabajo con motores de combustión para mucho tiempo. No obstante, los talleres que ya están trabajando con vehículos eléctricos están muy preparados y saben hacerlo de sobra. Estamos hablando de una tecnología muy seria que puede llegar a terminar con la vida de los operarios si estos no actúan con diligencia.
¿Cómo os posicionáis en relación a la Euro 7, teniendo esto en cuenta ?
Ana Ávila: Nosotros somos partidarios de todas las tecnologías, porque al final el taller trabaja con lo que le llega, eso es así. Otra cosa es a nivel social; si contamina menos, si contamina más…Desde luego un vehículo bien mantenido aunque esté entrado en años siempre va a contribuir más que otro más moderno y completamente descuidado. Entonces nuestro modo de verlo es que la Euro 7, fenomenal. Pero que si al taller le entra un vehículo de catorce años no le va a decir que no, va a trabajar con él. Y le quedan muchos años para trabajar con él. Nos posicionamos con el medio ambiente, por supuesto. Y en todo lo que el taller pueda ayudar a ser más sostenible medioambientalmente, lo hará. Pero otra cosa es su trabajo, que es lo que le entra por la puerta. De este modo, nosotros, como asociación, nos posicionamos con todas las tecnologías. Si llega el hidrógeno, aprenderemos. Y si llega el coche volador, haremos un curso de aeronáutica si es preciso.
¿Y qué pasará con las entradas al taller de vehículos chinos? ¿El taller tendrá que preparase o pronosticas, tal y como sucede con los eléctricos, que habrá talleres específicos?
Ana Ávila: Pues no lo sé. Quizá tendrán que aprender, quizá habrá talleres específicos o tal vez las marcas chinas establezcan sus propios talleres. Solo puedo decir que nosotros como asociación haremos todo lo que esté en nuestro mano, empezando por ofertar cursos para que se formen si resulta necesario.
“¿Están las ciudades preparadas para soportar a miles de vehículos eléctricos? Yo creo que no. Porque el taller se prepara para todo lo que llega.”
Vamos llegando al final de la entrevista. ¿Por dónde pasa el futuro de Asetra y Conepa?
Ana Ávila: El futuro es el presente. Así que seguiremos trabajando mucho todos los temas que afecten directa o indirectamente al taller. Seguiremos al pie del cañón para que los reparadores sigan confiando en nosotros. La asociación hace mucho trabajo diario que no se ve y, aunque a veces no conseguimos lo que nos gustaría, no por ello vamos a dejar de ser pesados.
Y para terminar… ¿Si yo fuese el genio de la lámpara y pudieras pedir tres deseos para Asetra y Conepa, qué pedirías?
Ana Ávila: Rentabilidad para el taller, que las administraciones den al taller el valor que se merece y conseguir cumplir la hoja de ruta de este año.
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