Horse, empresa de capital 100% Renault, pero independiente y con activos propios, está desarrollando en su centro de I+D+i, de Valladolid, un motor de combustión híbrido de autonomía extendida (Range Extender), que tendrá listo antes de dos años y podrá lucir la etiqueta “Cero”, según anunció Roberto Miguel Nieto, responsable del R&D Design de Horse en todo el mundo y director del Centro I+D+i de Valladolid. De cumplirse los plazos, podría ser la pieza que faltaba en el puzle de la descarbonización europea y proporcionaría una solución a las debilidades del vehículo eléctrico puro, como su coste elevado, baja autonomía y escasez de puntos de recarga. Dicho de otro modo, daría accesibilidad sin restricciones a más usuarios, mayor autonomía y ofrecería un feeling similar el eléctrico. Además, se postularía como un recurso alternativo y viable a los 100% eléctricos. Señalar que, aunque Renault tiene un contrato de suministro exclusivo con Horse, la marca francesa no ha cerrado las puertas a que pueda trabajar con otros fabricantes, de forma que, si otra marca necesita algún tipo de solución de motorización, se la puede suministrar; de hecho, ya se han firmado acuerdos con otras marcas y está levantando interés en el mercado.
Este nuevo motor, que tiene una autonomía de 200 km en modo eléctrico y 400 km en modo combustión, se basa en una mecánica de gasolina acoplada a un generador para producir electricidad cuando la batería se agota, permitiendo así viajes más largos sin necesidad de recargas frecuentes, lo que reduce la ansiedad por la autonomía y ofrece mayor flexibilidad y confianza a los conductores en rutas extensas o áreas con infraestructura de carga limitada.
Al mismo tiempo, el centro vallisoletano investiga en nuevos combustibles más allá de los criterios de la UE7, lo que implica la creación de tecnologías y prácticas innovadoras que, combinadas con eFuels o hidrógeno, permitan mejorar la eficiencia energética en el sector de la movilidad y el transporte. La combinación del motor de autonomía extendida con los eFuels, aportaría un balance cero de emisiones netas de CO2 a la atmósfera. Asimismo, la compañía también trabaja en un motor de combustión alimentado por hidrógeno, que nada tiene que ver con los actuales en desarrollo por otras empresas.
Horse, como más de 300 trabajadores en su centro de Valladolid, trabaja activamente en estos proyectos, que proponen una movilidad y soluciones de movilidad neutras en CO2, y que, por tanto, son responsables, sostenibles e inclusivos. El objetivo pasa por democratizar la elección de la tecnología de motor para que el usuario al final pueda escoger la que mejor se adapta a su necesidad y a la región en la que vive.
En este sentido, investiga en el desarrollo del ciclo de vida completo de grupos motopropulsores (motores, cajas, electrónica de potencia y baterías). Un enfoque integral en el desarrollo de sistemas de propulsión que abarca todas las etapas del ciclo de vida del producto, desde la investigación e ingeniería avanzada, pasando por el diseño de piezas, sistemas y software, la construcción y ensayo de prototipos y validación final. Para la tecnología gasolina y diésel, esto incluye la creación de motorizaciones más eficientes y de bajas emisiones, con sistemas optimizados de inyección y tratamiento de gases. En los trenes motrices híbridos, implica la combinación de motores de combustión interna con motores eléctricos, el desarrollo de nuevas baterías, sistemas de gestión de energía, la electrónica de potencia asociada, y la evaluación de eficiencia y autonomía. Suya es, por ejemplo, la mecánica recién presentada en el Renault Rafale, que combina un motor tricilíndrico de gasolina de 130 CV con dos eléctricos (uno de 34 y otro de 68 CV), que combinados eroga 200 CV, pero con un consumo medio de 4,7 l/100 km y sólo 105 g/km de CO2
Por tanto, la hoja de ruta de Horse se sustenta sobre tres pilares, según comentó Nieto, mejorar la eficiencia la combustión interna del motor, perfeccionar la hibridación a través de la optimización de las baterías, de la electrónica de potencia y también el e-motor, así como innovar en otras tecnologías como Range Extender, y, como tercer pilar, trabajar con los combustibles sintéticos.
Para ello, Valladolid es el centro tecnológico de referencia de la ingeniería Horse, con el desarrollo de todo el I+D de la hibridación (desde las baterías hasta la electrónica de potencia, pasando por el e-motor) y de las tecnologías para los combustibles sintéticos, con una meta clara: que las toneladas equivalentes de CO2 de un motor híbrido con combustibles sintéticos sean equiparables a las de un vehículo eléctrico si se miden todas las emisiones de la ‘cuna’ a la ‘tumba’. Un enfoque integral que garantiza que todos los sistemas desarrollados sean innovadores, eficientes, sostenibles y cumplan con las normativas ambientales y de seguridad, respondiendo a las necesidades del mercado y fomentando la investigación y desarrollo continuo.
Al respecto, en Valladolid se llevan a cabo pruebas, ensayo y validación “extremo a extremo” del grupo motopropulsor, un proceso integral en el que se prueban y validan todos los aspectos del sistema de transmisión de los vehículos, desde el diseño hasta la implementación final, asegurando que el sistema funciona correctamente incluso bajo condiciones extremas. El término “de extremo a extremo” implica que se considera todo el ciclo de vida del producto, incluyendo el diseño y desarrollo, con la evaluación de los componentes individuales del tren motriz (motor, transmisión, sistemas de control, etcétera) y su integración en el sistema global. Igualmente, se realizan Pruebas de Rendimiento; es decir, ensayos para medir la eficiencia, potencia, consumo de combustible y emisiones del tren motriz; de Durabilidad y Confiabilidad, que simulan condiciones de uso a largo plazo para garantizar que el tren motriz sea duradero y fiable, y de Validación en Campo, evaluaciones en condiciones reales de uso para confirmar que el sistema cumple con las expectativas y requisitos específicos del mercado.
Para esta ardua tarea de investigación, el centro de I+D+i de la capital castellana trabaja en diseño 3D, representaciones digitales tridimensionales de objetos, estructuras o entornos utilizando software especializado. Estos modelos tridimensionales pueden ser visualizados desde diferentes ángulos y perspectivas, lo que permite una comprensión más completa de la forma, tamaño y detalles del objeto diseñado. También dispone de prototipado digital, proceso para crear modelos digitales tridimensionales de un producto o sistema antes de su fabricación física. Estos modelos son construidos utilizando software de diseño asistido por computación y pueden incluir detalles precisos sobre la geometría, materiales, propiedades físicas y comportamiento funcional del producto o sistema. Además, para la simulación numérica y cálculos se utilizan modelos matemáticos y computacionales para replicar y estudiar el comportamiento de sistemas reales bajo diversas condiciones. Una vez completada esta fase, se pasa a la definición y construcción de prototipos, incluyendo la generación de toda la documentación técnica asociada (planos, materiales, etcétera) y la realización del Plan de Validación Producto, con ensayos NVH (ruido y vibraciones), durabilidad, cumplimiento de reglamentación de emisiones, agrado de conducción, etcétera.
De aquí se pasa, finalmente, a la industrialización en fábrica, buscando siempre mejorar los procesos para reducir costos y minimizar residuos.
Horse nació de una idea de Luca de Meo, CEO del Grupo Renault, ante la incertidumbre creada en Europa en torno a la descarbonización y las exigencias comunitarias para 2035. De Meo decidió dividir el Grupo en varias unidades de negocio, entre ellas, Ampere, para vehículo eléctrico, y Horse, para vehículos de combustión e híbridos; es decir, Horse es capital 100% Renault, pero es una empresa autónoma e independiente, con activos propios heredados de Renault, como el centro de I+D+i de Valladolid o la fábrica de cajas de cambio de Sevilla.
A pesar de su juventud, apenas 8 meses de vida, Horse emplea a más de 9.000 personas en siete países, tiene su sede en Madrid (España) y cuenta con ocho plantas de fabricación y tres centros de I+D en todo el mundo (Argentina, en Córdoba; Brasil, en Curitiba; Chile, en Los Andes; Portugal, en Aveiro; Rumanía, en Bucarest, Mioveni y Titu; España, en Sevilla y Valladolid, y Turquía, en Bursa, en colaboración con Oyak).
Como explicó Álvaro Fernández, director de comunicación Horse Iberia, la empresa “no está trabajando en los motores de hoy, sino en soluciones globales para mañana, que sean medioambientalmente responsables, económicamente sostenibles e inclusivas, porque no todo el mundo va a la misma velocidad y no todos los ciudadanos tienen acceso a determinadas soluciones”, y añadió que “tenemos claro que el futuro es la descarbonización, pero lo que no tenemos tan claro es cuántos caminos debe haber hasta alcanzarla. Europa nos ha marcado un único camino, pero creemos que no se pueden cerrar puertas a otras soluciones que demuestren ser responsables, sostenibles e inclusivas”.
Sobre el centro de I+D+i de Valladolid, en el que trabajan 715 personas, comentó que “aquí hay talento, conocimiento y experiencia española que está buscando soluciones de movilidad para todo el mundo”.
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