El director general de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), José López-Tafall, y su directora del Área Industrial y Medio Ambiente, Arancha García, presentaron ayer su Propuesta para las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), un calendario de aplicación gradual que contempla, en una primera fase, restringir desde 2025 el acceso a las Zonas de Bajas Emisiones a los vehículos sin etiquetado DGT (32,9% del parque formado por vehículos diésel de más de 16 años y gasolina de más de 21 años) y, en una segunda fase, en 2027, a los vehículos con etiqueta B (31,7% del parque formado por vehículos diésel entre 7 y 16 años y gasolina entre 16 y 21 años). Además, la asociación plantea que las futuras ordenanzas de movilidad establezcan una cláusula de revisión que prevea nuevas restricciones a nuevas categorías de vehículos en función del ritmo de renovación de parque circulante y la evolución de los datos de emisiones contaminantes. Si se tiene en cuenta que el parque automovilístico español está integrado por 31,9 millones de vehículos, está propuesta significa que más de 21 millones de vehículos no podrán rodar por la Zonas de Bajas Emisiones.
Por lo que respecta a las flotas municipales, taxis y VTC, la entidad aboga por la renovación de las flotas o la aprobación de nuevas autorizaciones que fomenten la etiqueta Cero y Eco para esta tipología de vehículos. En la misma línea ocurre con las flotas de transporte público y vehículos oficiales, para los que se propone un modelo ejemplarizante y que sean los primeros en dar el salto a la renovación acelerada a vehículos con Etiqueta Cero y Eco.
Además, Anfac considera necesario incentivar la movilidad compartida y recomienda que se realice con vehículos con etiqueta Cero para favorecer la eficiencia y la sensibilización ciudadana. Por su parte, los vehículos comerciales ligeros, sobre todo en la logística de última milla, han de estar muy presentes en la configuración de las políticas locales ante el aumento del comercio online y, por ejemplo, contar con horarios de carga y descarga en función del etiquetado, al mismo tiempo que incentivar fiscalmente a las empresas que cambien sus viejas flotas por unas nuevas de bajas y cero emisiones, puede favorecer esta transición.
López-Tafall explicó durante la presentación de la propuesta que las ZBE pueden contribuir a mejorar la calidad del aire y reducir el impacto sobre el cambio climático, si bien la aplicación práctica del modelo diseñado en el Real Decreto por el Ministerio para la Transición Ecológico depende de la decisión de cada municipio. “Nuestra propuesta pretende ser una aportación más a esa decisión, mostrando un modelo claro de mejora de la calidad del aire pero, también, compatible con el vehículo limpio y el derecho de los ciudadanos a elegir libremente cómo desean moverse. No podemos construir un modelo de Zonas de Bajas Emisiones basado en una jerarquía anti-vehículos, algo que no es realista para las necesidades de los ciudadanos ni tampoco para el modelo social, económico e industrial de un país como España, segundo fabricante europeo de vehículos”, y añadió que las Zonas de Bajas Emisiones “son una oportunidad para diseñar el modelo de movilidad sostenible que queremos como país y avanzar en la descarbonización, objetivos que avanzan gracias a los esfuerzos que hacemos los fabricantes. Desde Anfac proponemos medidas integrales y armonizadas que sitúan al ciudadano en el centro y que tienen en cuenta todo el nuevo entorno de la movilidad, que va más allá del transporte público y privado, atendiendo a logística de última milla, a los taxis, VTC y mercancías ligeras. La movilidad que diseñemos ha de ser una movilidad donde quepamos todos y todas”.
Para la patronal, las etiquetas son “la herramienta más eficaz para categorizar el parque en función de su nivel de emisiones y, de igual modo, para fomentar la compra de vehículos de Etiquetas Eco y Cero, impulsado así la renovación del parque”.
Una de las claves en el modelo de movilidad sostenible de la asociación es acelerar la penetración de los vehículos de cero y bajas emisiones, para lo cual considera fundamental acelerar el despliegue de infraestructura de recarga de acceso público. Por ello, la asociación de fabricantes de automóviles estima que las Zonas de Bajas Emisiones deberían contar con una planificación y desarrollo de un mapa de infraestructura de recarga de acceso público para vehículos electrificados ligeros y pesados, así como el uso de bonificaciones en tasas o impuestos municipales que sirvan para favorecer la introducción de estos vehículos.
Al respecto, Arancha García apuntó que “el papel de los municipios para acelerar este despliegue es clave, pues son y serán los grandes prescriptores de la movilidad y disponen de instrumentos que, sin duda, pueden contribuir a estos objetivos”.
Recordemos que todas las ciudades de más de 50.000 habitantes, los territorios insulares y aquellos municipios de más de 20.000 habitantes que superen los límites de contaminación regulados, deberán implantar Zonas de Bajas Emisiones este año y que, según un informe de Ideauto para Anfac, el 47% del parque automovilístico español tenía más de 15 años de antigüedad en 2022, porcentaje que se eleva hasta el 63% en los coches de más de 10 años. Además, el 62% del parque circulante (sin incluir las motocicletas) es etiqueta B o no tiene etiqueta y esos vehículos representan el 90% de las emisiones de NOx y partículas.
Los concesionarios españoles obtuvieron una rentabilidad del 0,92% en 2024, lejos del 1,58% con el que se cerró 2023, según los datos de Snap-on Business Solutions.
Las matriculaciones de renting ascendieron a 47.010 vehículos hasta febrero, el 1,61% más que en los dos primeros meses del año pasado, mientras que la inversión en compra de vehículos nuevos subió el 2,99%, hasta alcanzar los 1.069 millones de euros, según datos de la AER.
Por ello, ha planteado que el vehículo de H2 pueda complementar, en un futuro, al tradicional de gasolina o al de batería eléctrica. Los modelos de vehículos propulsados por motores de combustión interna alimentados con hidrógeno (H2 ICE), un motor térmico convencional adaptado para el hidrógeno como carburante en lugar de gasolina o diésel, cuentan con la gran ventaja de ser vehículos ECO, una forma viable para la descarbonización, y algunos fabricantes ya han apostado por ello.Cabe recordar que esta tecnología aplica el hidrógeno verde en los ICE (coche de motor de combustión interna), siendo un combustible neutral en gases de efecto invernadero, reduciendo las emisiones de NOx mediante una combustión de H2 (pobre) en combinación con sistemas de postratamiento de emisiones y ofreciendo el hidrógeno comprimido (C-H2) o líquido (L-H2) para una operación de largo alcance junto con breves tiempos de reabastecimiento de combustible, otra de sus grandes ventajas.En cuanto a los “Coches de Pila de Combustible”, una segunda opción por parte de los fabricantes en este sentido, presentan como generador de electricidad una pila de combustible, también denominados “Fuel Cells” (FCEV), convirtiéndose en una gran alternativa en este innovador sistema de combustión, pues ofrecen la etiqueta ecológica “Cero”, ya que en el proceso de generación de electricidad sólo se genera vapor de agua. No obstante, aún quedan factores técnicos por resolver, como la degradación de la pila de combustible que, por el momento, tiene una vida útil de 160.000 km de media, y su precio de sustitución puede suponer 50% del coste del vehículo.
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