La carrocería exprés o rápida es aquella que repara pequeños toques, impactos o arañazos y que apenas requiere la intervención de un chapista. Entre sus ventajas, citan Martech Corporation y Centro Zaragoza, no requiere grandes inversiones y ejerce como valor diferenciador frente a la competencia, por lo que puede ser una verdadera oportunidad de negocio para el taller.
Quiso la casualidad que, volviendo de Equip Auto Lyon, compartiese taxi hacia el aeropuerto con José Ramón Martínez y Juan Martínez, gerente y gerente adjunto de Martech Corporation, respectivamente, y que me hablasen de su empresa, afincada en Albacete y con más de 30 años de experiencia en el sector de la producción de equipos para automoción e industria. Durante el trayecto, me comentaron que fue a finales de la década de 1980 cuando José Ramón y su hermano, Juan Antonio, dieron el salto del mundo de la reparación a la comercialización de equipos y que, posteriormente, comenzaron a fabricar cabinas de pintura, ampliando su actuación al mercado internacional. Ya en los 90, se fijaron como objetivo disponer de un catálogo bajo una misma marca con el que poder dotar a cualquier taller de equipos o herramientas. Su lema: “la reparación llave en mano”. En 2011, y fruto del conocimiento adquirido en el área del acabado superficial, constituyeron Martech Car como marca para el proceso de pintado. Hoy en día, con más de 200 empleados y una facturación que supera los 60 millones de euros, Martech Corporation opera en una veintena de países.
Y fueron ellos los que me hablaron de la carrocería exprés como un valor diferenciador del taller frente a la competencia, ya que, sin requerir grandes inversiones, pues se trata de intervenciones en las que la chapa no presenta grandes daños, amplía la oportunidad de negocio.
Centro Zaragoza, por su parte, comenta que la carrocería exprés es una verdadera oportunidad de negocio para el taller, que nace de la necesidad de prestar un servicio adicional al cliente, y que ofrece ventajas como fomentar las ventas cruzadas desde la recepción del vehículo y reducir el tiempo de ciclo, los costes de coches de cortesía y el proceso en el trabajo total, además de generar mayor satisfacción al cliente, entre otros aspectos. Y, todo ello, con una menor necesidad de superficie productiva en el taller.
El servicio de carrocería rápida, por tanto, se encarga de reparar pequeños toques, impactos y arañazos; es decir, intervenciones sin grandes daños en las que el chapista realiza pocas o ninguna operación y se solucionan con pequeñas cantidades de masilla y pintura.
Por lo tanto, la carrocería rápida no requiere una inversión importante y, si se tienen claros los objetivos a conseguir -rapidez en las reparaciones, precio razonable, mínimas molestias para el cliente y calidad en los trabajos- contribuye a aumentar el volumen de actividad de carrocería y, por ende, a incrementar la rentabilidad del taller.
Señala Centro Zaragoza que la coyuntura actual, marcada por la caída de la siniestralidad, las reparaciones de bajo coste y el descenso de los seguros a todo riesgo, ha conducido al progresivo aumento de los seguros a terceros y a todo riesgo con franquicia, lo cual no es absoluto positivo para el cliente, que no suele reparar estos daños estéticos porque no están cubiertos por el seguro, por el tiempo que hay que dejar el coche en el taller o porque resultan caros, entre otras razones. Son esos arañazos, pequeños toques y picotazos cuya reparación no supera, generalmente, los 300 euros, pero que afectan al 65 % de los vehículos que entran al taller.
En este sentido, una buena línea de negocio es implantar el concepto de carrocería exprés o rápida, con el que, según estudios del instituto maño de investigación sobre vehículos, el técnico aplicador alcanza entre el 20 y el 30% más de eficiencia.
Para ello, cita que es primordial fijar unos precios cerrados, teniendo en cuenta parámetros como número de piezas afectadas del vehículo, intensidad de los daños, mano de obra, etcétera, además de determinar los procesos de reparación (arañazos, pequeños toques, picotazos, lijado, enmasillado y pintado) y asignar un especialista para estas labores. Asimismo, requiere una recepción activa, que ofrezca el servicio exprés a los clientes cuando lleguen para realizar reparaciones o revisiones de mecánica, por ejemplo.
Un buen funcionamiento del servicio de carrocería rápida demanda coordinación entre el recepcionista o asesor de servicio y el técnico aplicador que vaya a realizar la reparación, así como conocer la carga de trabajo existente para efectuar la reparación en el plazo y con la calidad exigidos. En materia de equipamiento, basta con una zona de preparación, infrarrojos, spotter, pistolas, lijadoras, masillas y pintura.
Martech, como especialista en carrocería exprés, ofrece un servicio “llave en mano” que abarca desde el diseño hasta la asistencia remota. Así, cuenta con un equipo de ingeniería cualificado en el desarrollo de proyectos en 3D para optimizar la productividad y la eficiencia ajustado en los costes, a la vez que, a través de su oficina técnica de proyectos, cuenta con un servicio integral y de asesoramiento para nuevos montajes e instalaciones, con implementación de procesos y auditorias personalizadas, todo ello, a través de un solo interlocutor.
En servicio posventa, la compañía albaceteña dispone de asistencia técnica de proximidad, con presencia de técnicos cualificados en toda la geografía, y ofrece la posibilidad de suscribir contratos de mantenimiento preventivos. Igualmente, está capacitada para supervisar de forma remota, desde su central, fallos de la instalación y puede emitir alertas automáticas.
No en vano, Mastech dispone de 6 centros de formación, un “show room”, dos centros de reparación y ensayos de reparación del automóvil y ha realizado más de 8.000 instalaciones, además de tener acuerdos con Cesvimap y Centro Zaragoza.
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