Los vehículos conectados se están generalizando cada vez más y, por tanto, también se están introduciendo en las flotas de las empresas. ¿Supone esto nuevos peligros? ¿Podrían incluso convertirse los vehículos en una puerta de acceso de los delincuentes a los sistemas de las empresas? ¿Y qué papel desempeña la telemática en todo esto?